La temporada 2024 es la última de Juan Soto bajo control salarial y a decir por lo que ha rechazado y lo que ha esperado en su entorno entienden que su valor anda en la órbita de los US$500 millones por 10 o 12 años.
Y cabe la pregunta. ¿Cuánto costaría Ronald Acuña Jr., si estuviera en la misma posición de Soto el próximo otoño? ¿Por cuál se pagaría más dinero?
Ambos fenómenos llegaron a la Gran Carpa a principio de la temporada 2018, el venezolano 27 días antes, con los Bravos apostando a manipular el reloj y así ganarse tiempo de servicio.
A los agentes Scott Boras (Soto) y a Nelson Montes de Oca (Acuña) les sobrarían las diapositivas de PowerPoint vendiendo las virtudes de sus clientes ante Brian Cashman (Yanquis), Andrew Friedman (Dodgers), Steve Cohen (Mets) y el pequeño grupo de equipos con talonarios para esa subasta.
Pudo ser, pero…
Es un escenario que pudo darse del guardabosque de los Bravos no haber aceptado la extensión por US$100 millones y 8 años en 2020. De hecho, Soto completó en 2023 los 5 años y 134 días de servicios y Acuña los 5 años y 159 días. El quisqueyano se quedó a 36 días para completar los seis años y el de La Guaira se hubiesen quedado a 11 días para conseguir esa libertad.
El venezolano y el dominicano aterrizaron en 2018 en la Gran Carpa. Acuña lo hizo 27 días antes y en la alfombra roja que se ganó como el prospecto número de Baseball America, y dos en MLB Pipeline y Baseball Prospectus, solo detrás de Shohei Ohtani.
Desde entonces el impacto inmediato de ambos ha obligado a las comparaciones, lo más normal en el deporte, una donde el sudamericano ganó ese primer match con el premio al Novato del Año del Viejo Circuito por un holgado 27-2.
Desempeño parecido
En este tramo de seis temporadas, ambos ganaron una Serie Mundial, se convirtieron en habituales en el Juego de Estrellas y ganadores del Bate de Plata. El bolivariano ya tiene su MVP y el quisqueyano lo más cerca que ha estado fue segundo en 2021.
Soto disputó 106 partidos más, en parte por esa lesión del ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha que sufriera Acuña en julio de 2021, que le hizo perderse el resto de aquella campaña y jugar con limitaciones en la siguiente.
No obstante a ello, el de los Tiburones acumuló un cuadrangular más que Soto, 130 robos por delante y figuró arriba en porcentajes como promedio de bateo (.292 a .284) y slugging (.537 a .524).
El de Herrera solo consiguió un imparable más si bien tuvo 343 apariciones más, en gran parte por una gran vista y consciencia a la hora de hacer swing que le permite tomar boletos como pocos.
Soto gana el duelo en vueltas remolcadas (483-402), logró 299 boletos más, se ponchó 111 veces menos y tanto su OPB (.421 a .381), OPS (.946 a .918) y OPS+ (157 a 141) fueron mejores.
Cuando se mide las victorias sobre nivel reemplazo ahí el duartiano también se lleva una mejor cuota. En FanGraphs queda 28.5 a 26.8, en Baseball-Reference queda 28.5 a 25.8 y en Baseball Prospectus 31.3 a 28.4.
El escenario de 2024
Acuña viene de ganar el MVP del Viejo Circuito de forma unánime y previo a la campaña 2024 fue señalado por la liga como el número uno en su ranking anual a los mejores 100. El escenario perfecto para pedir por su boca.
Se trata de un jugador total, que lo puede hacer todo y muy bien, que no parece acercarse a su techo. Viene de convertirse en el primero y único que ha logrado el 40-70, con ventajas marcada en la velocidad y la defensa sobre Soto.
Han cobrado por debajo del aporte
En el tramo ambos han sido subpagados. Soto ha devengado US$49,8 millones, pero de acuerdo a FanGraphs su aporte ha tenido un valor de los US$227,4 millones. Ha cobrado 4.5 veces menos de su aporte.
El caso de Acuña es mucho peor. Ha percibido US$38,8 millones, pero su rendimiento ha estado por valor de US$213,9 MM. Se trata de 5.4 veces menos.
El de los Bravos tuvo un rendimiento valorado en US$66 millones en 2023, pero está atado a cobrar solo US$17 MM por curso hasta 2028, a menos que Atlanta reconozca que en ese contrato ha sacado demasiada ventaja y se decida a actualizarlo al nivel de la súper estrella que tiene en su plantel.
La comparación ilustra la cuestión de riesgo de la que está llena el negocio; tomarlo o evitarlo, hacer swing o esperar la cuarta bola, que también puede ser el tercer strike y así desperdiciar la oportunidad de pegar el jonrón.
Soto apeló a irse año a año y ha ganado puesto que llegará a la agencia libre con 26 años, la edad a la que las estadísticas muestran se alcanza la meseta de rendimiento. Acuña apostó por asegurarse y tendría 30 años cuando finalice su acuerdo, una etapa donde comienza la fase de declive.