Estresada al máximo en la primera jornada, culminada una agónica remontada que lo advirtió de forma inesperada, Portugal reaccionó, desbordó y derrotó con autoridad a Turquía (0-3) en la segunda para sentenciar de inmediato su primera posición del grupo F, entre los goles de Bernardo Silva y Bruno Fernandes, un tanto ridículo en propia puerta de Samet Akaydin y una asistencia de Cristiano Ronaldo.
La selección lusa lo controló casi todo este sábado en el volcánico Signal Iduna Park de Dortmund, una caldera en ebullición que rebajó sus decibelios cuando asumió la realidad: la lógica y expresiva superioridad de Portugal, cuyo juego fue irrebatible para el conjunto turco, relegado a la segunda plaza y a la duda de la clasificación. Aún depende de sí misma.