En una nueva ola de violencia en Haití, la banda armada Gran Grif de Savien desató el terror en el centro de Petite-Rivière de l’Artibonite durante la noche del 10 al 11 de diciembre de 2024. Según informes preliminares de medios locales, el ataque dejó un saldo de al menos 15 habitantes asesinados, incluidos dos niñas y dos niños, así como la quema de 10 casas, tres vehículos y el secuestro de varias decenas de personas.
Las fuerzas policiales, aunque respondieron al intenso fuego de los delincuentes, no lograron frenar la ofensiva que se extendió hasta la madrugada. «Petite-Rivière está devastada y consternada», expresó Dort Lereste, presidente de la comisión municipal interina, quien aseguró que se están realizando esfuerzos para apoyar a la población afectada.
La violencia persiste en la región
James Pierre, director de Ti Rivyè Enfo, advirtió que los datos podrían ser más alarmantes. «Los bandidos, armados con armas de grueso calibre y desplazándose en motocicletas, seguían operando la mañana del miércoles 11 en el Haut Bouc, cerca del instituto Henri Christophe», indicó. Pierre añadió que los secuestrados fueron asesinados en el camino, y que se han encontrado cadáveres en casas donde los residentes fueron ejecutados.
El temor y la incertidumbre reinan entre los habitantes de la zona. «Tenemos que esperar a que los bandidos se vayan para establecer el verdadero número de víctimas», explicó Pierre, destacando que muchas familias permanecen refugiadas en sus hogares, temiendo por sus vidas.
Llamados urgentes a la acción
La Comisión para el Diálogo, la Reconciliación y la Sensibilización para Salvar el Artibonite (CDRCSA) instó al Gobierno a tomar medidas concretas. Su portavoz, Horace Bertide, pidió a las autoridades que proporcionen los recursos necesarios para desarticular a la banda Gran Grif en su bastión. «Solo una operación contundente de la Policía Nacional de Haití (PNH) y de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) puede devolver la tranquilidad a Petite-Rivière y las comunidades vecinas», afirmó.
Este ataque ocurre apenas tres días después de que unidades especializadas de la PNH y miembros de la MMAS recuperaran la comisaría de Petite-Rivière, un esfuerzo que la banda ha desafiado con esta brutal demostración de fuerza. Ante el panorama, muchos ribertibonianos están huyendo nuevamente, mientras quienes permanecen en la zona temen que otra masacre sea inminente.
La situación en Artibonite refleja el profundo desafío de seguridad que enfrenta Haití, donde las bandas armadas continúan extendiendo su control sobre varias regiones del país, desafiando los esfuerzos gubernamentales e internacionales por restaurar el orden.