POR DOMINGO BATISTA
Tres partidos de la oposición política informaron, el pasado lunes, que habían decidido unirse en un bloque para enfrentar la reelección del presidente Luis Abinader.
Además, se unirían en una centena de municipios del país con la intención de despojar al Partido Revolucionario Moderno (PRM) de las Alcaldías en esas localidades.
De igual modo, adelantaron que ese bloque se ha estructurado para llevar candidaturas comunes al Senado de la República y a la Cámara de Diputados.
Esa es una decisión que se debe ver como una respuesta lógica frente al descalabro que presentan esas organizaciones desde hace cuatro años.
Más bien, los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD); Fuerza del Pueblo (FP) y Partido Revolucionario Dominicano (PRD), acaban de dar la razón a las encuestas nacionales y a la percepción del pueblo.
Su anuncio es la aceptación de que no tienen cómo juntar los votos en las urnas para desplazar al PRM y sus aliados en los comicios de febrero y mayo del venidero año.
Los mismos militantes y simpatizantes de esas organizaciones han perdido la esperanza de volver al Poder en las contiendas venideras.
La orquestación de ese Bloque Opositor, demuestra la inmensa desesperación que tienen los principales dirigentes de esas instituciones.
De igual manera, es admitir la fortaleza de las candidaturas del presidente Abinader y los potenciales candidatos que presentará el PRM.
Asimismo, es una real desesperación porque saben que no pueden competir en buena lid contra el primer mandatario de la nación y su formidable equipo electoral.
El decir que esos partidos deben unirse para tener posibilidades minimas de vencer en algunos municipios, es una elocuente verdad que ellos conocen.
Cada vez que se publica una encuesta, es un dolor de cabeza para ellos , por lo que se han quitado la máscara y tener que reconocer que no pueden con el vigor inderrotable de Abinader.
En los corrillos judiciales, se apela al estribillo que dice: «A confesión de partes, relevos de pruebas»
De igual modo.
En mi querido barrio de Gualey, se usaba un famoso refrán que expresaba: «Esos que van ahí, mueren oscuros, aunque vendan velas».
POR DOMINGO BATISTA