En 2023, Leury García cobró US$5,5 millones (antes de impuestos) en su hogar de Miami, sin siquiera uniformarse; sin tener problema de salud, y este 2024 tiene garantizado devengar la misma cifra. Aunque asegura que esta vez será más placentero, porque podrá estar en un terreno.
Los White Sox que dieron un pacto por tres temporadas a García para el tramo 2022-2024 en marzo pasado decidieron dejarlo libre y su lugar en el roster de 26 hombres cederlo al cubano Oscar Colás, quien solo jugó 75 partidos con una pobre línea de .216/.257/.314.
La de pasarse un verano sin jugar, solo en el gimnasio para no «oxidarse», fue una experiencia extraña para García, que no la vivía desde 2008 cuando jugó su primera temporada como profesional.
«La pasé bien, en la casa, con los niños. Tú sabes que a principio pega, uno no puede ser ignorante, pero son cosas que pasan en el béisbol, todo el mundo que está en este negocio sabe que son cosas que pueden pasar», dijo García.
El mes pasado, Atlanta lo firmó con un pacto de ligas menores e irá a los entrenamientos a pelear un puesto como utility, en un equipo forrado en el infield (Matt Olson, Orlando Arcia, Ozzie Albies y Austin Riley) aunque las opciones parecen mayor como un cuarto jardinero tras Ronald Acuña Jr., Michael Harris II y Jarred Kelenic.
«La verdad que no me gusta ni mirar los juegos por televisión si yo no juego, ni los de aquí (Lidom) ni los de allá (MLB), casi no sigo juegos, entro a Instagram y veo los resultados», afirmó el santiaguero.
El contrato con los Bravos llega después de que García se volviera a uniformar con los Gigantes por primera vez desde la temporada 2017-2018 y lo hizo con una línea de .340/.406/.436 en 26 partidos.
«Voy a tratar de hacer el equipo, para eso es muy importante mantenerme saludable, para cuando el equipo me necesite. El contrato con White Sox sigue, ellos tiene que pagar, pero es mejor cuando te pagan jugando (risas)», dijo el utility.
Pasarse un segundo año fuera del béisbol de verano y buscar trabajo para 2025 era un escenario al que García, que en marzo cumplirá 33 años, no quería enfrentarse.