Una cámara hace clic. En una fracción de segundo, el obturador se abre y se cierra, atrapando para siempre la imagen que tiene delante.
Cuando el obturador de la cámara parpadeó en el interior de una cárcel del centro de Atlanta el jueves, el aparato creó y documentó un pequeño punto de inflexión en la vida de Estados Unidos. Por primera vez en la historia, un expresidente de esta nación ha sido detenido y atrapado en el encuadre de una imagen que suele asociarse con traficantes de drogas o conductores ebrios. Los atributos del poder desaparecieron durante esa fracción de segundo.
Queda una imagen duradera que aparecerá en los libros de historia mucho después de que Donald Trump desaparezca.
«Será para siempre parte de la iconografía de haber estado vivo en esta época», comentó Marty Kaplan, profesor de la Escuela de Comunicaciones Annenberg, de la Universidad del Sur de California.