Berlín.- Un exagente de la Policía secreta de la República Democrática Alemana (RDA), conocida como la «Stasi«, es juzgado desde hoy en un tribunal de Berlín por el asesinato hace 50 años de un polaco que trataba de huir a Berlín oeste.
Bajo un gran interés mediático, el octogenario hombre de Leipzig mantuvo silencio sobre el asesinato del polaco, de 38 años cuando fue disparado por la espalda el 29 de marzo de 1974 a dos metros de distancia en los túneles del paso fronterizo de la RDA en la estación de tren de Friedrichstraße.
La Fiscalía asevera que el alemán pertenecía a un grupo operativo del Ministerio de Seguridad del Estado de la RDA en el momento del crimen y tenía la tarea de «hacer inofensivo» a su víctima, Czesław Kukuczka.
Se cree que el polaco amenazó con hacer estallar un explosivo en la embajada de Polonia en Berlín oriental si no se le permitía cruzar libremente a la parte occidental, por lo que el entonces agente de la Stasi le disparó para impedirlo.
Desde la construcción del muro en 1961, los guardias fronterizos de la RDA tenían órdenes de disparar a matar a quien tratase de huir hacia el oeste. La última víctima de esta medida fue abatida en febrero de 1989.
El acusado mantuvo silencio durante la vista en la Audiencia Provincial de Berlín, pero su abogada indicó al comienzo del juicio que su cliente rechaza la acusación, según la emisora de radio rbb24 Inforadio.
Después de la reunificación de Alemania los investigadores descubrieron el nombre del polaco asesinado, el informe de su autopsia y los documentos de la Stasi de la RDA y de Polonia, pero nunca se encontró al autor.
Tuvieron que pasar décadas antes de que la Fiscalía presentara cargos contra el anciano. Solamente el año pasado vio la oportunidad de llevar el caso a los tribunales.
Según la Fiscalía de Berlín, únicamente en 2016 una pista decisiva sobre la identidad del asesino surgió del archivo de la Stasi.
Inicialmente las autoridades trataban el caso como un homicidio, pero en este caso el delito había prescrito. El fiscal sostiene por ello que se debe juzgar un asesinato insidioso sin posible defensa propia.
Dos estudiantes de Hesse que el día del crimen eran menores de edad y que regresaban de un viaje escolar deben testificar en el juicio.
Los hijos de Kukuczka figuran como codemandantes en el proceso, que durará en principio siete días y en el que el veredicto se espera para el 23 de mayo.
Por su importancia histórica el proceso quedará registrado y las grabaciones de audio estarán disponibles para los archivos estatales.
También presenciaron el inicio del proceso dos fiscales polacos y un historiador que participó en la investigación del caso.