Cada 24 de septiembre, cientos de feligreses de la iglesia Católica y devotos de la Virgen María se trasladan al santuario en el Santo Cerro, ubicado en la provincia La Vega y a otros monumentos marianos realizando procesiones y participando de la Eucaristía, para conmemorar la fiesta de la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes.
Existen varias versiones sobre cómo se inició todo, para algunos fue el 1 de agosto de 1218, cuando la Virgen de la Merced se le apareció por separado a San Pedro Nolasco, quien sería el fundador de la Orden de la Merced; al rey Jaime I de Aragón, conocido como “El Conquistador”, y reinante en aquel momento en la Corona de Aragón; y a San Raimundo de Peñafort, fraile dominico, maestro general de su orden de predicadores, y confesor del primero.
La palabra merced quiere decir misericordia, ayuda, caridad, y los religiosos de esta congregación, en la que ha habido mártires y santos, llevan muchos siglos ayudando a los prisioneros.