Miles de cubanos inundaron las calles de varias ciudades del país en una ola de protestas contra los persistentes cortes de luz, la escasez de agua y la falta de alimentos. En medio de una crisis que se torna cada vez más insostenible, los ciudadanos expresaron su descontento ante las dificultades diarias para subsistir.
“Varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos”, manifestó el dictador Miguel Díaz-Canel en su cuenta de la red social X; al tiempo que advirtió que de “este contexto se intenta aprovechar los enemigos de la Revolución, con fines desestabilizadores”.
Las organizaciones de derechos humanos reportaron una serie de detenciones en varias ciudades, incluyendo El Cobre y Bayamo, evidenciando una respuesta represiva por parte del régimen.
Indican que es posible que las detenciones que haya habido en El Cobre sean multiplicadas por cuatro o por cinco y que es fácil que haya habido alguna decena de detenciones en El Cobre. En Bayamo también hubo represión”.
Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, destacó que el régimen busca calmar a la población sin recurrir a una represión excesiva, consciente del repudio internacional que enfrentaría.