
Inicia la semana en constante movimiento, gente yendo y viniendo a todas partes, sé que te detienes por unos segundos quizá inconscientemente, y tu mente vuela, como un ave en el cielo, libre sin límites. De la nada empiezan a fluir por tu mente todas esas imágenes que ves al circular en las calles, que ya no son las mismas de hace meses atrás.
Te deprimes y hasta una lágrima es posible que brote de tus ojos, porque piensas que esto es una locura, como está sucediendo esto, todos en la calle con tapabocas, guantes, nadie puede acercarse más de lo que ahora las autoridades competentes permiten, claro está lo importantes es que sabes que es por tu bienestar. Es imposible no sentir angustia.
Pero despiertas de tu trance, respiras, un familiar o amigo te saluda, sonríen, sientes un extraño alivio, y esos sentimientos de tristeza y temor desaparecen, y aunque no puedes brindar un abraso te alegra ver a esa persona físicamente bien. Esa es buena señal.
La vida sigue a pesar de las tormentas, recuerda que esto no lo causaste y que puedes evitar la propagación de este mal que se adueñó en pocos meses de tu paz, de los hospitales, de las calles de casi todas las ciudades del planeta. La esperanza está vigente en ti y en todos.
Sé paciente, prudente, sigue las instrucciones que ya todos conocemos. Ánimo ya estás en caminado, vendrán nuevos vientos, trayendo buenas nuevas para todos. Ten presente que nada volverá a ser igual, pero tú puedes hacer que sea mejor, como el viento que arrastra todo en un tornado, este mal será desterrado, eliminado de raíz y tu sonrisa y la de los tuyos, como el fénix volverá a resurgir.
No pierdas la esperanza.

Licenciada en Comunicación Social mención periodismo, locutora radial. Amante de la fotografía y el arte en general.
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